Clamas amor con voz cansada
de consumirse por huesos y limón,
de ese vagar felino de tu esencia
edulcorada, de tu absurda forma
de mirar hacia el cielo
como si esperases el momento exacto
en que hacerlo caer en mí.
Amas amar el fruto y los colores;
el esqueleto que se yergue en el rincón
no es para ti más que un amago
de falsa complacencia.
La sensación anarco-imperialista
del rumor de entre costillas
busca hacer de la sangre ley,
morder el aliento en el instante
y arañar el cristal que quema
el ansia amarga que vive en tus ojos.
Masticar el hielo es amar el frío.
Beberé del rumbo y de la urdimbre
por no haber sabido mirar
el mito que en la piel guardabas.
Nunca se perdió tanto.

Silvia Gutiérrez Martín
@rea_silvia_
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