No existe nada aquí. Imagen, noche holgada,
silencio que se encuentra, así, obligado en lo hondo,
lo puro del olivo. Se para todo. Un pozo.
Recóndito baluarte en lo espeso, lo nunca
sabido ni encontrado. Detengo, luz incluida,
mi paso al pie de su arco, un arco claro, manso,
bajo la estrella y el sueño. Aún emite inédito
sus montes rotos, sangre aquí inevitable.
Escuece mi verdad: nunca hubo nadie allí,
me acabo solo, lejos, terriblemente lejos.
F Javier Cárdenas
@javicarden5
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