Realza tu mirada entre los campos verdes girasol,
pinta su color una postal hermosa en el paisaje cotidiano.
Engalanas mis jornadas al hacer presencia,
cuando aprecio tu silueta se congela el tiempo;
enmarco en mi memoria su fotografía.
Estoy enamorado de esos girasoles de pupilas,
que iluminan como antorchas los pasajes de mis días;
aunque no me miran.
Quiero ser tu sol, girasol;
encender por tu faz luceros,
despertar las gotas del rocío matinal
al tocarlas con mis rayos;
contemplar en ellas los fragmentos de tus sueños condensados.
Doraré tus pétalos con mi calor,
brillaré más fuerte si sé que tu rostro sigue mi recorrido.
Regálame su atención,
alimenta con ella el fuego de mis latidos.
Elígeme,
emergeré cada mañana para alumbrarte.
Te abrazaré con mi calor,
déjame arrebolar a caricias el oro de tu piel.
Escalaré las horas,
para mostrarte cuán intensas pueden ser mis llamaradas,
para amarte desde la cúspide del mediodía.
Evita que se apague esta ilusión al morir el día,
al ocultar su existencia tras los cerros.
Mantén prendida su viveza con un beso,
para que pueda salir a tu encuentro otra vez;
para que se repita el ciclo de un romance
que renace en la alborada.
Francisco R. Garcisán
@frgarcisan
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