Al cosmos singular de E. G.
Las olas siempre chocan con pétalos de sal
contra las rocas que abrazan a este viejo Faro;
yo, que a tu fina esencia y perfume aclaro:
tu arrogante fuerza y tu espléndido azul.
La luna llena canta y danza la vil señal
de abatir contra esta torre, mas no logran aún,
porque aún quiero verte besar los bastos riscos
y el reflejo del teñir del cielo y sus brillos.
El problema que las olas regresan
más allá, donde mi luz no alumbra;
zarpando al vacío de mi penumbra.
El milagro que las olas regresan
a mojar mis paredes con su brisa,
siendo sombría oleada divina.

David V. Morales
@davidvmorales
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