Hay en la fiesta
unos ojos que no quieren mirarme,
y hace rato que los busco,
ellos se me esconden.
Pero en el mínimo descuido
siguiendo el compás,
un 4/4 distorsionado,
los sorprendo buscándome
entre la gente que baila,
que quiebran sus rodillas
y bajan sus caderas.
Los veo,
veo que me miran
y se pierden detrás de cabezas
y vasos que se izan alto.
Me acerco unos pasos,
sin perder el ritmo rimbombante,
esquivo y me deslizo entre los cuerpos
llenos de brillos, alcohol y sudor.
Casi ofídicamente
mirándote mirarme.
Serpenteo, llego a vos
pero esta vez no te escondés
y me mirás:
hay tan poco espacio entre nos
que ya no caben miradas.

Andrés Torres Acuña
@andy.acunha
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