Ciudad de Monterrey, 2022

Mi sultana
         con tu garra de león
te abres camino;
       allanas el suelo.

Todo lo vuelves cantera
             para erigir monumentos;
torres encumbradas
    que alzas en señal de victoria.

Bebes acero fundido
             directo del crisol.
Llevas en el pecho un horno
                                       de leña ardiente
que hace latir con fuerza
tu maquinaria.

Forjas el porvenir
dejando atrás una humareda,
que pinta en el cielo
            carbones encendidos;
nubarrones del crepúsculo.

Respiras ceniza,
                     te bañas en ella.
Su abono en la piel
                    te hace brotar paisajes
de flora industrial.

Tus altos fogones nunca se apagan,
de su esfuerzo florecen llamas
                                        a todas horas,
que atizan tu afán de trabajo.

Eres martillo, anhelas dar golpes,
buscas ganarte la vida,
                                 lucir muescas,
antes que oxidarte por nada.

La gente en tus manos
                  se vuelve herramienta.
Tu sol a plomo anima sus cuerpos,
                                    evapora la pereza;
se yergue imponente cada mañana
y alumbra las labores
                        hasta pincharse
entre puntas escarpadas.

Tu geografía de cicatrices,
esculpió en los cerros su carácter.
Esa piel repleta de accidentes
es la silla en que se sienta
tu orgullo.

Vas a todo galope
                           pero:
¿Hacia dónde van tus pasos?
¿Hacia dónde apunta el faro?
¿Hacia dónde señala Neptuno?

Buscas el progreso,
pero tienes la boca seca.
¿Que importa quedarse atrás en la carrera
                      si estás muriendo de sed?

El futuro inalcanzable
                 también puede esperar.
Deja de lado el sombrero,
limpia tu frente;
retira tus botas,
                 remoja los pies.

Mira que tu reino cansado
                     necesita recostarse
a la sombra de un mezquite;
reponer su fiel sudor
con la piedad de tus abrevaderos.

Pausar la cadencia de su respiración
antes de atreverse
                 a perseguir de nuevo
tus ensoñaciones.

Francisco R. Garcisán
@frgarcisan
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