En la quietud de los lagos
se esconde el artificio
de los parques, los jardines y las personas.
También todos los aburrimientos,
no hay refugio.
En un impulso, arranco las ramas
de todas las plantas del jardín
para encontrar el carmín
de las rosas a mil,
que compré y nunca entregué.
Me miro en el estanque
esperando encontrarme como Narciso
en la mirada del otro.
Pero somos enredaderas,
unidas por la raíz de la soledad.

Samara Siabato
@samsiabato
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