A Carlos
Es abandonar la cima que jamás alcanzo,
dejarme llevar al infinito de la razón.
Desprenderme.
Es volver del abismo
y caer.
Es sentarme frente a mis temores,
dialogar con ellos
y abrazarlos.
Huir, arrodillarme.
Es darle una bofetada al pasado
y enterrarlo.
Es correr hacia el punto de partida,
llegar detrás de ti, como siempre.
Devolverme.
Es rozar el vacío que se esconde
y descubrirlo.
Es mirarme en el silencio cómplice de tus labios,
enfrentar tus muros de cristal.
Derrumbarme.
Es tocar los nudillos de tus dedos
y sentir.
Es oler el dolor en las heridas de la piel,
sanar los labios rotos.
Acompañarme.
Es comer las sobras que me dejas
y marcharme.
Es sentarme sobre el mundo
darle mil vueltas, a mi antojo.
Abrazarme
Es creer en los errores no cometidos
y avanzar.
Es saltarme los estribos del camino,
comenzar el ritual de despedida
Recibirme
Es enfrentar las piedras que me lanzas
y perder.
Es descubrir lo que hay detrás de tus orejas,
comenzar el juego prohibido
Romperme.
Es lanzar los besos al olvido
y volar.
Es hundir los ojos en el alma,
tocar cada rincón desnudo del deseo.
Excitarme.
Es dibujar lo que hay en tu sonrisa
y ganar.
Es acumular todas las miserias que me sobran,
arrojarlas por debajo de mi almohada.
Perdonarme.
Es acariciar lo que dejas en el aire
y comenzar.
Es encender las luces que abandonas cada noche,
apreciar lo que hay detrás de tus latidos.
Aferrarme.
Es olvidar los desperdicios del tiempo
y comenzar.
Amarte a ti, sigue siendo interminable…
Kervin Briceño Álvarez
@prisonerofideas
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