El sol se escondía detrás de la ventana,
las nubes se aclaraban,
un dedo travieso recorría el mundo
con la ingenuidad de un niño;
su sonrisa reemplazaba al sol,
me cegaba;
mi corazón tocaba y tocaba
la puerta en su pecho,
con la esperanza de que se abriera.
Luego, me fije que en su boca
crecía una pequeña luna llena.

Samara Siabato
@samsiabato
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