Para reír hay que llorar

A veces lavo los pantis en la pica
hasta que me sangran las manos,
rosas de sangre se dibujan en el agua
creciendo, jugando entre la espuma
y aún así sigo sonriendo
Me jalo los cabellos con rabia porque
“el que quiere moño bonito aguanta jalones”
me dejo jalar los cabellos
hasta que no queda ni una ola.
Asfixio el mar tormentoso en mi cabeza
para que no se ahoguen los ojitos azules
entre tornados de ónix
y aún así aquí sigo sonriendo.
Callo pa’ mí mis muertes chiquitas
(el secreto es esconderlas en la lavadora
antes de que él llegue),
me como mis grandes dolores
me trago las lágrimas con los cornflakes,
silencio lo mucho que extraño
y lo que no quiero extrañar
y aunque a veces cuento (¿demasiado?)
lo que sufro
aún así aquí sigo sonriendo.
Me cansé
(ay sorry sir, me he cansado)
de ser lo que quieren ver
y maquillarme con grapas en los labios
para no incomodar al silencio.
Que sepan que lo sé,
lo que pesan estas alas para volver
que no duelan como ayer los que dejé,
que mis huesos sufren con lo que llevo,
pero que pase lo que pase,
sin mentiras de por medio,
me verán sonriendo.

Sabrina Feliz
justlittlerandomwritings
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Una respuesta a “Para reír hay que llorar”

  1. Avatar de David González

    Fresca
    Es una muestra de una poesía muy relajada
    Una de esas que solo la pudo escribir, ella

    Le gusta a 1 persona

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