Me sonríes,
te sonrío.
Me ofreces tus dulces frutos;
los como y respondo
con azúcar de cariño.
Tú me das;
yo tomo y agradezco.
Yo entrego y
me alcanza tu regalo inagotable.
Tú,
Vida infinita y generosa;
Yo,
pequeño frasco
de huesos y piel
y un gran corazón sin fronteras.
Tú me enseñas
lo que es el Amor;
yo aprendo a
dejarme enseñar entre abrazos.
Tú
te presentas magnánima
envuelta en bondades
inagotables;
Yo
respiro pasión
y extiendo mis manos…
Recibo.
Doy.
Soy.
Vida.

Ana InVerso
versoinverso
Leer sus escritos


Deja un comentario