Dejadme sola,
para que me funda con la colcha
y no molestar a nadie
con mis sollozos de aire.
Sola, para taparme la cara
con estas manos tan gordas,
infladas a rascarse los ojos,
a teñirse de sangre,
rojas ya de apretar limosnas,
de secarme la boca.
Dejadme sola,
porque tengo hambre,
porque tengo frío,
los dedos llenos de sabañones,
el pecho cogido.
Dejadme que me tire del pelo,
que se me desquicien los oídos
de aguantar en la garganta
mi medio grito,
de escuchar un zumbido quieto
que llegó porque me he ido.
Dejad que me entre sed,
que me ciegue un relámpago,
que salte y corra el riesgo de caer
por no atarme los zapatos.
Dejadme sola,
a ver si así adivino
por qué me vine aquí
a pasar penas,
a tener sueño,
a olvidarme de lo mío.

Nazaret Ranea
@nazareterreese
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