Dentro de ella el alma mía,
dentro mío el corazón
que a su ritmo acompasado
bombardea una canción.
Trece notas discordantes
de un susurro en el albor
de un gemido acompañante
en el juego del amor.
Maestría en la jugada
de dudosa imperfección.
Dos amantes, una cama
y ninguno es ganador
en el juego ya trillado
de agarrarse a la pasión
que desgarra traicionero
el molesto pantalón
que contiene en su interior
el total de mis deseos
y ha quedado en un ensueño
nuestro juego del amor,
donde solo yo jugaba,
siendo siempre el perdedor.

Enrique Morte
@enrique.morte_poesia
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