Riego en la noche una amapola ardiente
de las sombras brota un punzó abrasivo,
y en redor rutila un amor ausente
ya solo resta un dolor incisivo.
Suave sentir que me encuentra silente
más en pedazos va mi andar pasivo,
mi espíritu en fuga no está animado
nada, nada que diga he confirmado.
Riega la noche un olivar al viento
que en suma importancia mis manos lloran,
eres bestia invencible que yo siento
estampida que mis días devoran.
Me ahondan las aguas de un ayer liento
aquí, ahora, sin ti, mis flores moran,
siendo mi sentir marea constante
siendo tu ausencia mi vivir menguante.

Araceli Gutiérrez Olivares
versosenelmetaverso
Leer sus escritos



Deja un comentario