Estoy cansado de ensuciarme
el corazón con tinta
y tatuar mis recuerdos
como si fueran a ser eternos
sin caer en la cuenta
de que ni siquiera se harán polvo.
Se desvanecerán en la nada
como el humo que se esparce
en el aire hasta perder su esencia
y transitarán solitarios el limbo
de los sueños perdidos
con la desgana del que se sabe exhausto.
No hallarán consuelo,
pues de la nada vinieron
y hacia la nada van
raudos como el viento
en una cálida tarde de poniente
hasta desaparecer como lo harán mis huesos,
aunque estos al menos polvo fueron
y en polvo se convertirán,
como nunca lo harán mis recuerdos.

Enrique Morte
@enrique.morte_poesia
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