Desgarro la piel con un anhelo.
Del rojo brotaron
las flores exactas.
Yo lo sabía.
Me vuelco en el suave vaivén
del secreto de la sangre.
Nada hay que pudiera ponerme
las manos sobre el cuerpo
este cuerpo que es un recuerdo
una estela
otra flor
que yo puse
que yo quise,
yo,
que sí conozco mi materia
que mis dedos ya tampoco son
o todavía no han sido,
trazo una trayectoria de primavera
y toda la suavidad del ser
me roza los hombros
la voz
la calma.
Puse una aurora sobre los párpados
pinté un rocío
sobre mi soledad
y me recordé como si me hubiera soñado
y la luz siguió aquí
donde me bebe.
Ya lo sabía;
un incendio retorna
como marea
me lava
como marea
me arrastra
como marea
y el ardor, siempre el ardor
siempre el afán impalpable
permanece vehementemente
en el rincón sin tacto y florecido
donde nadie me ha alcanzado
donde sigo
siendo
esta.
(Cereza, pulpa, lapso)

Emma Calderón
@emmaland_m
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