Que me atraviese
una palabra salvaje
desbocada
densa como la historia
de la noche,
que se aloje en mi cuerpo
durante una vida fugaz
y un siglo más tarde
yo siga llorando de lo mismo:
me detengo al borde de mi piel
rasgando
rogando
―¡déjame entrar, déjame entrar,
que alguien ahí dentro
si queda
que alguien ahí dentro
me deje entrar!
(Nostalgia de noche)

Emma Calderón
@emmaland_m
Leer sus escritos


Deja un comentario