Plantó un día su semilla
de aurora boreal en mis entrañas
y ahora son infelices los pinos del patio.
Su frialdad me habita
hablo de mis poros
que se vuelven montañas en catarsis.
Nos hemos visto antes lo sé
solíamos ajusticiar primaveras
nos robaban la sombras de lunas congeladas
las risas de gaviotas
que aún huyen despavoridas.
Él, el más raro de los amantes
que habita mis recuerdos
y que ellos jamás lograrán comprender,
prefieren soplar dientes de león.

Whitnny Palma
@nieblagris_
Leer sus escritos


Replica a Anónimo Cancelar la respuesta