“Canta, Musa celestial,
la primera desobediencia del hombre”.
John Milton
Es la boca una esperanza de la marea
en donde mueren alas de ceniza con los años.
Ya mis máscaras se han desgastado en su espejo,
ya es mi rostro recuerdo de sal y de amparo:
en mi ser se deshace el raudo tiempo,
y es mi cuerpo un río único y ausente:
de corporeidad tangible con los parpados.
Seré ayer, dispersión de las raíces y de los días.
No, no son mis ojos una luna de abril,
ni es mi pecho hoguera de esperanza,
ni es la esperanza el temor de anochecer en los labios.
Pero ciñe a mi cintura tu beso oculto de blanco:
mar, eres sol que en breve caricia me hizo olvidar.

Adrián Chaurán
@chaurancarvajal
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