Dicen que amanece,
pero estos ojos
adheridos a la herida,
adictos a la costumbre,
no consiguen contemplar
más que la gris ausencia
de los recuerdos.
No saber quién soy,
quién fui,
quién pude haber sido.
No saber dónde estoy,
aun no sabiéndome perdido,
o de dónde demonios
haya podido haber venido
este negro vacío
que es a todas horas
mi memoria.
No saber a quién he amado,
o quién es parte de mi historia,
no conocer al personaje principal,
su localización o su contexto.
No saber qué le apasiona,
qué le molesta,
por quién daría la vida
o por quién la ha dado alguna vez.
No saber qué música disfruta,
qué versos le hicieron estremecer,
con cuál canción entregó su primer beso.
No saber si ha visto el mar
si se ha plantado ante el altar,
si algún retoño aún le espera…
Dicen que amanece, sí,
pero estos ojos,
irreconocibles a este lado del espejo,
sólo ven ausencia gris,
ningún recuerdo.

Enrique Morte
@enrique.morte_poesia
Leer sus escritos


Deja un comentario