Es la 1:49 cuando se levanta de la cama. Sonámbula, se adentra en la cálida noche; el aire sereno parece estar esperándola. Se detiene bajo el cielo abierto, alza la mano frente a ella y permanece inmóvil unos instantes.
Lentamente, comienza a mover los dedos en el aire, trazando líneas invisibles como si escribiera sobre arena. En un lenguaje desconocido, escribe:
Hay un latido ajeno que me llama desde adentro.
Y sospecho que mi corazón también late en algún otro lugar, tal como sospecho que hay algo misterioso y sutil entretejido en el entramado del mundo.
Las palabras se desvanecen en el aire nocturno en cuanto deja de escribir, y ella cae suavemente al suelo, donde se sumerge en un profundo sueño.
Del otro lado, él despierta con un crujido de hojas secas. Sabe que ha tenido un hermoso sueño, pero no puede recordar qué fue.

Paula Obeso
tallerdehistorias
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