Epitafio

Cesa aquí mi motivación para describir
los motivos por los cuales tuve que permanecer vivo,
tal intrépida excomulgación carnal,
extremismo representado en absolutos,
disolución embalsada como indiscutible,
reverberación inconsciente que silencia
las efímeras posibilidades de circundar
el tajante motivo esclarecedor
que da paso a la condición del ser
tal cual se nos ha inculcado
por el simple hecho de pertenecer a este mundo.

Condeno así la posibilidad de reinscribir la convicción
como otra cosa que no sea el cese reivindicado
de la egoísta ambición terrenal
de querer resarcir lo propio de lo ajeno,
arrastrando las tempestades elementales de la existencia:
desde el nacimiento hasta el fin de los tiempos,
con la subyugación que clausura amenidades
tal cual se nos presenta como una cuota más
de posibilitación amedrentada en sufrimiento,
dada la tendencia conformista a siempre querer seguir
queriendo más y más,
aspirando a más y más…
¡Cuál frágil es el ímpetu!
¡Cuál dichosa es la adquisición de significantes!
¿Cuánto más leve ha de ser la vida?
Si de vivirla, hasta aquí subsisto.

Zama
@simple.za
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