Dicen que la disciplina es quererse a uno mismo.
En mi caso, es quererse poco.
Busco ataraxia sabiendo que el corazón
me late con más fuerza que viento en febrero.
Lo raro es que parece que vivo en invierno.
Vivo bajo un granizo que nadie más siente
por ser más mío que mis propios desvelos,
escritos por el huracán que llama a mi ventana.
La he dejado abierta, mala costumbre.
¿No es quererse poco preferir un desorden
a vivir con su falta?
Un falso sosiego me impide girarme
y bajar las persianas.
Letras & Poesía 
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