
Yamila Alvi (Barcelona, 1991). Sin viajar no podría vivir, al menos plenamente. De pequeña, mi mayor sueño era tener un perro. El amor de mi vida fue un orejón travieso, que me ofreció, en poco tiempo, más de lo que hubiera podido imaginar. La naturaleza es el mayor regalo que me ha hecho el mundo y el motor de mi calma a día de hoy. Estudié Educación Social porque creo en el poder de todas nuestras acciones. Mi familia tiene nombre de mujer valiente. Torpe y testaruda, a veces. Bueno, lo primero siempre. Creo haber aprendido que el amor es paz y huele a palo santo si es hogar, sin importar donde estés.
