
Un gran disgusto al llegar
que rompe ese entrañable
recuerdo de vivencias inolvidables
que tenías del lugar.Irreconocible e irremediable.
Sin duda, una escena lamentable
que sucede con demasiada frecuencia,
que enseguida sabes quién es el culpable.El que y el quien han roto la magia,
el encanto, la sonrisa de sus gentes
que eran serviciales recibiendo
a sus visitantes, alegres y joviales.Llenándose el bolsillo el de siempre,
han permitido que el polvo negro,
se junte con el ladrillo buscando el cielo
y destruya aquel entrañable pueblo.
Por: Jordi Cabré Carbó (Escritor de Letras & Poesía)
http://jordicabre-33.blogspot.com.es/

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