Yo sé que tú, fuente del amor, -decía-
volarás en playas naturales
y al margen de la cirugía
extirparás el aliento a jóvenes vivales.
Siendo tu mente piloto del aire, dueña
e inocente, yo, en mi nido de algodón
soñaré que sueño que sueñas,
y pondré a remojo el corazón.
¡Qué tarde se hace temprano!
¡Qué lento vuela el tiempo!
Qué ciego sin tu mano,
qué verde sin tu aliento.
No vago desamparado al filo de tu boca,
ni sudo -noctámbulo- en mi nido de algodón.
Más estando al margen del conjuro de tu aurora
te recuerdo, dispersa, entre humos y alcohol.
Por: Joan Aniorte (España)
instagram.com/joananiorte
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