Música que no es para oír. Se debe escuchar. Es música celestial para los oídos, para el cuerpo, el alma y el espíritu.
De las palabras y de los tonos sinceros. Del sonido, el timbre y la armonía en las conversaciones. El ritmo de las risas.
La melodía en los compases, acordes de mi corazón, al escuchar tu voz querido amigo.
Por: Jordi Cabré Carbó (España)
jordicabre-33.blogspot.com.es
Únete a nuestras redes:




Replica a jcabrecarbo Cancelar la respuesta