En la puerta de los pinos
la muerte se apareció
y buscando a Peña Nieto
en la letrina lo encontró.
–Aguanta tantito flaca–
el copetón le pidió
–No tengo todo tu tiempo–
le gritó ya histérica.
Con los calzones abajo
Peña se sonrojó
¿Qué diría la gaviota?
tal vez se pondría celosa.
¡Vaya susto se llevó!
al verle bien la cara
exclamó muy asombrada
–¡Si la calaca no soy yo! –.
–Tu hora ya te llegó–
bien claro le dejó
lleno de miedo se negó
pero al final accedió.
–Al menos déjame terminar
que en el baño
me encontraba muy tranquilo–
–Para ti mijito no hay tiempo
ya ni de orinar
todos andan reclamando
que siempre la andas cagando
cuentan los que deambulan
por las sombras de la muerte
puras metidas de pata
desde tu campaña
pero ni por guapo
yo te perdono
que he cargado con muchos
por tus irresponsabilidades
si a mí México no sabes manejar
yo te voy a chingar–.
De las orejas de burro
se lo llevó
y todo el pueblo festejó
–¡Por fin nos ha vengado!–
cantaban algunas almas en pena.
Nuestra preciada muerte
por fin lo ha considerado
cohetes por todos los rincones
la alegría se respira
la fiesta en todos lados.
Las calaveritas literarias son rimas a manera de sátira que hacen referencia a personas vivas o muertas, con el fin de burlarse de la muerte o de las mismas personas de las que se esta escribiendo. A finales del mes de octubre y principios de noviembre en México se celebra una de las fiestas más importantes (para algunos, pues desgraciadamente la tradición se esta perdiendo) la cual es el día de muertos. Celebramos a la muerte, e incluso nos burlamos de ella, la llenamos de colores y hacemos fiesta por todas las almas que ya no están con nosotros. Para ello se elaboran ofrendas, se acude a los panteones para acompañar a los cuerpos de los difuntos, se hacen fiestas, etc…
Es un gusto compartir con ustedes un cachito de lo que es mí México lindo. No importa lo que pase en el país, nos podrán arrebatar todo lo que quieran, pero nunca podrán quitarnos nuestros colores, sabores y risas.
P. D. La imagen destacada es una pequeña parte del mural “Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central” del gran muralista Diego Rivera.
Por: Ana María González (México)
twitter.com/anamgr13
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