Gato solitario que te escondes
en la noche más triste y más oscura,
tu silueta se confunde tras la verja,
entre líneas dibujadas de amargura.
Gato misterioso, silencioso,
que has fijado tu mirada en mis pupilas,
de pelo gris, perfecto y esponjoso,
pareciera que hasta robases la vida.
¿Qué haces aquí, hermoso gato?
no parece que en la calle esté tu huida,
ojos grises y brillantes, perfil fino,
firme orejas, cola larga, maravilla.
Te miro y me consumes hasta el alma,
desprendes esa paz que luego enturbias,
condena y libertad a partes iguales,
sueño, despertar y pesadilla.
Pero…¡¡gato solitario, no te vayas!!
Acompaña un poco más a este mendigo,
que perdió también en la noche las entrañas
y ahora vive por la noche consumido.
Por: Lidia Villalobos (España)
laciudaddelasnubes.com
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