Bajo un umbral negro
en la víspera de nuevos años,
se abrigan las crónicas
de una muerte anunciada.
Escuchas el chillido de los verderones
que retumba tras truenos,
y en el fondo del regato
los relatos del inicio de un calvario.
Ves el edén del condado de tus días
que agoniza en la pasarela de las postrimerías,
eufóricamente lleno de melancolía,
florece en una dulce greguería.
Acechas la ambigüedad de la vida,
que estremece los ojos del perspicaz
hacia una vista lacerante
de un paisaje ya exánime.
Sientes la acústica armonía palpitante
que se sosiega deliberadamente,
y paso a paso va sofocando gradualmente
el anima alegre que es supuesto viviente.
Bajo el umbral negro,
con dominio ininteligible,
extirpa la voz afable,
siendo el silencio el eterno debate.
Por: Arianna Frencia (Italia/Eritrea)
ariannafrenciablog.wordpress.com
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