
Va pasando otro día,
el día se va marchando
y ella que sale escondida,
entre nubes de lágrimas callando.
Una pena, un puñal, una agonía,
por un fuego encendido; y musitando
un querer de sombra anochecida,
de un alma que sigue soñando.
Que ya se ha marchado el día,
y ella, sólo de lejos, andando,
ha visto al amor de su vida
y se ha quedado llorando.
Gemido que al cielo enmudecía,
con jazmines de luto repicando,
que no se unen en la lejanía
dos amantes, de luces, suspirando.
Un consuelo tienes querida,
de ver a tu amor sin llanto,
en un día de noche sombría,
cuando a su luz estés tapando.
Y ya se esconden en la noche fría,
los dos amantes se están amando,
y entre luces de fuego ensombrecidas,
Luna y Sol se están besando.



Replica a ahuanda Cancelar la respuesta