Sentado, tranquilo, relajado,
pensando en algo o en nada.
Viajando por mundos inexplorados,
mi mente divaga.
Quizás sea un águila surcando los cielos,
quizás un gato maullando,
o un perro lamiendo a su dueño.
Divago, sentado en mi sillón dorado.
Mi mente, en calma,
no entiende de prisas,
no entiende de pausas.
No utilizo drogas
para volver a Troya a caballo,
o para llegar a la luna en escoba,
o para pintar el lienzo inacabado
de un Velázquez despistado,
o para aparcar en marte
pagando el tiket de la ORA[i].
Mi mente divaga.
Ya no necesito los sobres
de tus cartas olvidadas,
ya no necesito gotas
repicando en la ventana de mi alma.
Yo sólo soy yo.
Yo, contigo y con todos.
Ya no existe la pena,
ni tampoco la desesperanza,
ya no estoy contra el mundo,
el mundo y yo somos uno.
Mi mente divaga.
Mi alma se acompasa con los ritmos del futuro.
Divago y disfruto.
[i]Estacionamiento en zonas reguladas
Disfruto divagando, me fascino soñando.
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Divaga Fabio… divaga disfrutando. Sueña con tu fascinación. 🙂
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