Y las manos cerraron tus ojos,
extrañas manos de caricia ajena,
que sellaron las ventanas de la vida,
viniendo el rumor de las tinieblas.
La oscuridad dominante entre sombras
de tétrico paisaje, de aullidos y fieras,
de temblores de negro y sangre
y corazones atravesados por flechas.
Falsa creencia de amor verdadero,
entre cruces heridas y papel de seda,
quemando incienso y tierra
en el calor de la hoguera.
Y baja una legión de ángeles de fuego,
para avivar el odio de la madera,
crepitando al son del llanto amargo,
de una madre por su hijo ¿quién le queda?
Son juegos y desdenes de una calle,
traspasada por lanzas y esquelas,
por flores de luto y el repicar de campanas,
tocando a muerto la ronca corneta.
Sucumbe en la batalla sin honor,
sin gloria por la bala certera,
que al corazón partió en dos,
dos mitades llenas de pena.
MUY PROFUNDO GRACIAS POR COMPARTIR
Me gustaLe gusta a 1 persona
Gracias amigo, me alegro que te haya gustado. Un abrazo
Me gustaLe gusta a 1 persona
a ti… eres muy amable
Me gustaLe gusta a 1 persona
Me sumo a tu elegía. Un abrazo
Me gustaLe gusta a 1 persona
Gracias Benito por todo. Un fuerte abrazo amigo
Me gustaMe gusta
Excelente poema amigo. Un magnifico grito al egoísmo y al poder, que se convierte en guerra.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Gracias Jordi, me alegro que te guste. Pues sí, alzando la voz contra la crueldad y el egoismo. Un abrazo amigo
Me gustaLe gusta a 1 persona
Maravilloso poema que nos deja ver ese mal que acecha en muchos paises, Uabrazo
Me gustaLe gusta a 1 persona