Brindaremos con nuestra sangre
tintando las copas de la realidad.
Alzándolas hacia el cielo,
guardián de todo lo que un día
pensamos que podríamos ver.
Y después nos dimos cuenta
que nunca llegaríamos a ser.
Ni a estar.
Ni siquiera a parecer.
Cogeremos su atributo
y lo lanzaremos lejos
de este momento que nos duele
y se nos clava en el alma
como una estocada que no nos mata.
Que sólo nos hiere
y nos sangra.
Llegará el día
en que saldremos a bailar.
Para poder pisar toda nuestra decepción
sin necesidad de pedirnos perdón.
Y cantaremos las canciones
que nos educaron la fe
de que era posible
creer en un mundo mejor.
Les cambiaremos la letra.
Y contaremos en ellas
nuestra historia imperfecta.
Alrededor de la música
contemplaremos cuerpos lívidos;
blancos y necios
de ambición y cariño.
Sudaremos las penas
y las lágrimas nos coparán la angustia.
Y mojará nuestra lluvia
este viento presente.
Lo dejará magullado
y tirado en la acera.
Como un paraguas roto y deshecho
por la ventisca de unos años
que podían fácilmente
haber sido los mejores.
Que, si lo piensas bien,
podríamos haber sido tanto
como toda la nada que somos.
Y al final nos reiremos
al asomarnos a la ventana
de esto en lo que nos hemos convertido.
Convencidos de que todo
no es más que una broma macabra
que nos gasta el destino.
Y no les dejaremos nunca
volver a engañarnos.
Ni manejar nuestra vida
como los caudales
que ellos mismos defraudan.
Les gritaremos palabras mudas,
con las manos quietas
y la lengua abrasada.
Que no nos importan.
Que ellos no ganan.
Que siempre habrá algo
que no nos puedan robar.
Que aún queda alegría
en cada uno de los acordes
de una melodía rockera.
Y hay esperanza en los versos
de todos los poetas
que riman en el reverso
de sus desdichas.
En el último trazo
de mi pluma gastada,
oxidada por la tempestad
de alimañas
que cada mañana nos obligan
a querernos más fuerte.
A luchar con más ganas.
Y a seguir adelante
por mucho más que moleste
que aún haya personas
que dan sentido
a lo que es, de verdad,
un ser humano.
©Registrado en Safe Creative Código #1608232137830 y publicado en MaruSpleen (maruspleen.wordpress.com)
Por: María Eugenia Hernández Grande (España)
maruspleen.wordpress.com
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