Pintura: Madonna, por Edvard Munch. Fuente: http://www.edvardmunch.org.
Como una oscura sombra dentro mío, tu presencia deshonra mis días y mis noches. Con tus garras afiladas, acero mortífero que desarma mi alma, con tu sutil respiración que envuelve mis oídos y aquel manto de seda que encubre tu figura.
Con tus besos cubiertos de veneno, dolor que sangra por mi cuerpo, tu esencia es negra y yo soy luz, al extinguirse sobre tu concavidad ausente.
“Adiós” es poco decir cuando tus tinieblas me penetran, y mis piernas se deshacen en el placer oculto, en el recóndito más olvidado de mi sexo.
Mis gemidos son tu respuesta, mientras te alimentas de mi deseo y vacía por dentro me dejas en soledad; yo extraño aquel resplandor blanco, aquel cálido resplandor que acariciaba mis senos.
Ahora me queda la aspereza de tu lengua, mientras me deshago en las sábanas, sábanas que me verán muerta y blanca, bajo el efecto narcótico de tu comparecencia.
Por: Male Biangardi (Argentina)
porcelana-fina.blogspot.com.ar
Únete a nuestras redes: