
Podría acariciarte con mimo las dudas
o besarte las heridas hasta que supurasen ternura.
Recitarte al oído poemas de esos tontos
que hablan de amor eterno y verdadero.
Y contemplar cómo mis odas
acrecen al albor de tus luceros.
Podría amarte en cadencia de
«te quiero,
y yo también,
pero yo más…»
Y en mis labios pronunciar
palabras dulces como el almíbar
del que está hecho tu ser.
O delirar contigo cada noche
y al abrir los ojos comprobar
que mis sueños se han hecho realidad.
Podría postrar mi fe ante tus pies
y trenzar con suspiros en mi amor tu cabello.
Escalar tu mente transformada
en una colina rocosa de anhelos.
O regalarle mi aliento a tus ojos
para contemplarte a oscuras; precioso.
Podría hacer todo aquello
con versos cifrados en condicional.
Componerte sonetos o coplas
e inventar un nuevo contigo
como esa forma especial
de tu nombre junto al mío.
Y así lograr ser tu más fiel incondicional.
Pero se han perdido mis letras en la región
de la desilusión y el quebranto.
Y ahora sólo tengo un corazón afligido
dormitando en la cuna que ha brotado en mi pecho.
Al que le canto nanas nocturnas
cuando la luna viaja hasta el alba
y todos mis demonios y miedos
salen de caza en mi acecho.
Y entonces no puedo más que arrullarlo
delicado en el glacial de mi lecho.
Y llorar y gemir al unísono
mientras juntos imaginamos
un remoto y mejor porvenir
con quien podríamos
resucitar nuestro París.
©Registrado en Safe Creative Código #1608232137830
Por: María Eugenia Hernández Grande (España)
maruspleen.wordpress.com
Únete a nuestras redes:




Replica a Nominados a Escrito del Mes (Mayo) – Letras & Poesía Cancelar la respuesta