Dulce Mosquita Muerta

Originalmente publicado en Letras y Poesía el 30 de septiembre de 2017.

 

Sabes que esto quiere decir que está pasando algo paranormal, ¿verdad?

Chuck Palahniuk

Si quieres llamar la atención lo mejor que puedes hacer es morirte. Y por eso lo más bonito de mi pueblo era el cementerio.

No era un pueblo muy grande. Tan sólo un puñado de casas acurrucadas en la montaña, ávidas de sol, mirando de reojo el añil del mar. Sin embargo, de todas partes llegaba gente que se moría por ver muertos.

Y se hartaban. Cinco colinas llenas de sepulcros, estatuas, columnas, tumbas colgantes y barrocos mausoleos de nombre relamido. Dulce Retiro, Jardín de Paz, La Laguna Infinita... Sin olvidar aquel festival de lápidas grabadas con joviales epitafios. Aquí yace Fulano y los demás gusanos, Un buen tipo en el fondo, No soportaba este mundo y ahora soporta esta tierra, Una bola blanca que se fue al agujero… 

En medio de la necrópolis había también —y esto era lo más delirante— un merendero de roca, como si fuera de lo más natural tomar pan y sardinas entre murmullos de ultratumba.

Maldito pueblo… Allí todos acudían a su propio entierro puntuales, muy visibles y con una sonrisa a barlovento, tan amplia como la hoja de una guadaña vista bocabajo.

Tal era la devoción de mis vecinos a lo fúnebre, que en mi pueblo no podía decirse tus muertos, ni qué niño muerto, o muerto de miedoPara morirse de risa.

A mí —dulce mosquita muerta— todo aquello me parecía un macabro revoltijo de lo-de-aquí con lo-de-allá. Detestaba la incesante comparsa entre las tumbas, el bullicio que privaba a los muertos de su descanso, aquel siniestro sindiós.

Pero igual la rara era yo, por comer más uñas que carne, por soñar algunas noches que era un semáforo, un ciempiés, o alguien que caía al vacío dentro de una madriguera.

En fin, y nunca mejor dicho, que a mí el cementerio no me parecía lo más bonito del pueblo. Y a mi madre tampoco. Ella siempre decía que lo más bonito del pueblo era yo.

Pienso muchas veces que mamá llevaba razón. Yo también merecía visita. Y tal vez por eso, mientras enjambres de vivos iban a ver a los muertos, legiones de muertos venían a verme a mí.

  (103).pngmamenmonsoriu (18)

9 respuestas a “Dulce Mosquita Muerta”

  1. […] ESTA HISTORIA ES UNA COLABORACIÓN PARA EL BLOG DE LETRAS Y POESÍA. PUEDES SEGUIR LEYENDO AQUÍ […]

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  2. Me ha encantado, Tony, tu historia.
    Primero, le quitas importancia a la muerte; es más, le das un aire festivo.
    Y después, con los dos últimos párrafos cierras de una manera redonda el relato y explicas lo paranormal de la cita del principio del texto.
    ¡Genial!

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    1. Muchas gracias. Me alegro que te haya gustado.

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    1. Gracias, Marisa.

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  3. ¡Buenísimo, me ha encantado!

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    1. Me alegro. Gracias por la estrella, Luna.

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  4. Tony, ¡gran escrito! Mantuviste el suspenso y remate de infarto. Felicidades.

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    1. Gracias, Alejandro. Tengo que decirte, y no es por corresponder educadamente, que lo que tú haces sí son letras mayúsculas. Me alegro que ahora estemos en el mismo proyecto. Un abrazo.

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