La Jaula

La blanca ave que encerrada está

allí, entre penas amatistas.

Asustada y ahogándose en letras

solloza su peor miedo.

Y se recuesta,

y se ajetrea,

¡y corre y corre!

Entonces suena la voz:

se desgañita pronunciando aflicción.

Se odia por ser lo que es.

Y el poeta odia su sensibilidad

porque sabe lo vulnerable que es,

no ante los demás, ante sí.

El ave entierra las garras

en su pecho, y se desorbita las plumas,

y llena de malva rojizo la jaula.

Pero, ¿cuál es la jaula?

Le atemoriza la susceptibilidad del escritor.

Odia la poesía, odia las palabras, odia la música.

Alegría ya no es musa, la jaula le crece en el corazón

una noche más…

(15)

Deja un comentario

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Entradas relacionadas