Liberemos nuestras manos,
démosle alas a nuestros dedos.
Vamos a quitarnos la mordaza
que contiene nuestros versos;
que no quede nada en el tintero.
Entre rima y rima,
curémonos las heridas con mercromina.
Mostrémosle al mundo que somos diferentes.
Dejemos de sujetar nuestra alma entre los dientes,
¡hagámoslo!
Con dos cajones repletos de poesía
forjaremos un mañana repleto de esperanza.
Armados con un lápiz a modo de fusil,
las letras son metralla, las palabras proyectil.
Impertinentes. Desafiantes. Subversivas. Insurgentes Irreverentes,
pero nunca irrelevantes.
Escribamos juntos un tratado de valores,
en verso o en prosa, hagamos historia.
Seamos coautores de este rap en potencia,
con buen talante y exquisita métrica.
Con la verdad por delante, elegante,
removamos consciencias.
Invitemos a la gente a romper con sus cadenas,
démosle el arma más poderosa: la palabra.
Y alcemos nuestras voces,
somos los nuevos trovadores de la era tecnológica.
¡¡Hagámoslo!!
Acribillemos a verdades
a quienes creen que todo lo saben,
repugnantes hombrecillos,
esperpénticos charlatanes.
Rompamos los esquemas.
Pasemos de las normas.
Hecha la ley, hecha la trampa, he ahí la picaresca.
Para saltárselas están las reglas,
dejémonos de moralejas
y ¡¡hagámoslo!!