¡No me tengas piedad!

Ven… refúgiate entre mis piernas

de todas las tempestades,

arrópate con mi silueta

que ya está empapada,

dame tu morbo en la mirada

y cierra la puerta.

Ven… juguemos al va y ven

con una brillante sincronía,

como si la más grande

de las orquestas tocara

sólo para nosotros

y el director perdiera su batuta,

por no poder dejar de mirarnos.

Ven…

que mi cuello sea el camino

que transites sin parar,

que tu espalda

sea la vida misma

a la que me quiero aferrar.

Ven… que la calma y el desenfreno

nos esperan y la avidez

de tus manos ansía dejar su huella.

Ven… ¡No me tengas piedad!

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5 respuestas a “¡No me tengas piedad!”

  1. Enamorado de tu poema. Saludos desde Caracas.

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  2. Reblogueó esto en ANY COSASy comentado:
    Hermoso ¡¡ Mabeletras

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  3. Graacias!!! Que genial conectarse sin saberlo.

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