Ilustración: Helga Berger, https://ar.pinterest.com/
Veo tu figura, en aquellos largos viajes en tren. Mientras escucho el sonido que producen los rieles, y los pájaros afuera se pierden en la profundidad del viento, y el paisaje parece una larga película que se reproduce hasta el infinito.
Cuando llego a la ciudad y camino por el tumulto de gente, que se asemejan a numerosas manadas que corren y gritan, se atropellan, y como incógnitos continúan sus trayectos; en el anonimato de alguna mirada que tal vez se cruce con la mía.
Al leer los peores versos de la literatura, y correr el riesgo de recordarlos. Como estampas impresas en la memoria, se desgastan en el tiempo y se convierten en polvo de libro intacto.
Escuchando las notas musicales, aquella melodía que en mi cabeza es una constante. Como el zumbido del silencio que nos atrapa y nos adormece en las aguas eternas de los sueños.
En los besos que no son tuyos, y en las caricias que excitan el alma. Mientras que afuera el sol despierta e irradia la luz que nos ilumina por entre la persiana; y entonces yo me pregunto: ¿Cuándo se acaba?
Por: Male Biangardi (Argentina)
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