Enemiga querida, que tratas en vano de darme consuelo,
como trata el viento de secar las lágrimas,
amiga que siempre estás
al lado de mi ventana;
yo ya, no sé si te quiero o te odio,
a veces eres tan amarga,
que sacudes desde el fondo
los adentros de mi alma;
otras veces, sin embargo,
me arropas tras tus miradas,
me haces reír, me aconsejas,
sacias el llanto y das calma;
más tus brazos son cadenas
a este alma desolada,
y agua fría para el fuego
que a mi corazón abrasa;
y te tengo miedo a veces
de que, aunque estés,
no te vayas,
de que de mí te enamores
y no compartas mi cama;
yo, que tanto te necesito,
tanto a veces tú me matas,
que no hay ruido que calle
al silencio que me atrapa;
enemiga querida, que tratas en vano de hacerme libre,
aunque a veces lo consigas,
amiga que siempre estás
al lado de mis palabras,
alzando mi pluma al viento,
cuando, a escondidas, me salvas.
Por: Lidia Villalobos (España)
laciudaddelasnubes.com
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lindo poema gracias por compartilo
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Gracias a ti por leerlo!! Me alegro mucho de que te guste 🙂
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Pero qué belleza!!!! Besos a tu alma.
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Gracias por tus palabras!!! 🙂
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