Unidos por la brisa
de una noche de verano
furtivos a escondidas
agarrados de la mano.
Dos vidas que palpitan
latido enamorado
tú, apenas una niña
yo, sin vello en el sobaco.
Dos espíritus que brillan
en el cenit del ocaso
las estrellas iluminan
las huellas de nuestros pasos.
El olor a sal marina
enloquece con tu tacto
la luna tiene envidia
de las mieles de tus labios.
Tú me quitas la camisa
sin premura, muy despacio
siento pura dinamita
en mi cuerpo aún lozano.
La velada ya termina
dos amantes entregados
a la magia de la brisa
de una noche de verano.
…
¡Qué noche la de aquel día
hace unos treinta y tantos!
aún recuerdo su sonrisa
y ese cuerpo de pecado.
¿Qué será de aquella chica
de ojos almendrados?
¿quizá tenga familia?
¿tal vez me esté esperando?
Quizá me acerque a la orilla
donde un día nos amamos
y te encuentre como brisa
en mis sueños de verano.
Hermoso poema, soñe despierta y recordé un amor de verano.
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Excelentes versos, con armonía, cadencia y ritmo.
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