Llevaba máscara. Llevaba una máscara completamente lisa y de color blanco (asociado a la nada). No tenía un cuerpo definido, era casi transparente, con formas flexibles y poco convencionales. Se movía sin sentido ni destino. Su voz nunca era recordada, tan vacía y uniforme que no tenía ningún tipo de musicalidad ni ritmo que la identificara. Como no se le veían los ojos, la nariz ni la boca, parecía no poseer sentidos. Sus ideas tampoco se atenían a nada, siempre se encontraba entre dos argumentos, nunca podía definir qué era lo correcto o lo incorrecto. Ni siquiera sabía adaptarse al ambiente en el que se encontraba, no había forma alguna de que se agarrara al espacio de una conversación y a las normas sociales que esto conlleva.
No tenía identidad.
¿No la tenía?
…
Nadie se había dado cuenta, de que esa nada, ese no ser nada, esa era precisamente su identidad.
No dejéis que nadie os haga definiros o agarraros a algo, no tenéis por qué sentiros de una forma concreta para ser dueños de vuestra identidad. Que no te reconozcan no significa que no seas. Que no te posiciones no significa que no sepas pensar. Tú mismo ya te estás definiendo. Tu identidad es la existencia.
Por: Cat Actitude (España)
catactitude.wordpress.com
Únete a nuestras redes:




Replica a sajdartecreativocom Cancelar la respuesta