De rodillas sobre la acera,
su mirada proyecta tristeza,
su mano pidiendo limosna;
la gente le ignora.
El frío le empapa los huesos,
implora dos míseros euros,
su estómago de hambre ruge;
la gente de él huye.
Se siente solo y perdido,
a veces más muerto que vivo,
sin nada que llevar a la boca;
y la gente de compras.
A veces quisiera contarle
su pena de vida a alguien,
sentirse vivo en el mundo;
sentirse seguro.
Mas nadie siquiera le mira,
nadie le muestra sonrisa,
nadie le pide opinión;
su vida es un NO.
Poema e ilustración incluidos en el poemario Pálpitos, disponible en Amazon.
Me agrado refleja la insensibilidad humana , del que no entiende ni sabe de necesidades.
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