El Gato, La Noche Y La Soledad

Siente maullidos eran suficientes para pronunciar la soledad que evocaba la noche.

La antena de la terraza chisporroteaba desesperanza mientras que un poema sobrevolaba a través del viento; proveniente del niño que juega cada tarde con las orquídeas del parque.

El gato brotaba sus pupilas a la vera de la oscuridad, observaba el pudor de la Luna quien temerosa solo permitía mostrar la mitad de su rostro. El gato desde el asiento del techo miraba a la humanidad: la tragedia, la malicia. El fatídico día en el que presenció otro acto de perversidad mundano.

El gato, sus bigotes y sus cuatro patas saboreaban la brisa melancólica de un 29 de noviembre.

¿La noche es la que se disfraza de soledad?

¿Es la soledad que se disfraza de noche, acaso?

El humo del puro del hombre de la esquina, el llanto del silencio y el triste desamparo de un gato sin certeza alguna.

Una copa de vino posaba en la ventana vecina y sin más que beber que un trago de abandono, bebí de él.

Se inundaron mis ojos de un color traslúcido y mis patas, inmóviles se tornaron. La maldad entumece mis ojos y la noche termina aquí…

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3 respuestas a “El Gato, La Noche Y La Soledad”

  1. Avatar de Negrito en Si bemol
    Negrito en Si bemol

    La noche con su silencio siempre evoca soledad. Buen escrito, señorita bohemia.

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    1. ¡Muchas gracias!

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  2. Excelente

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