El ambiente está caliente; la atmósfera nos quema los pulmones.
Las cadenas pegadas al suelo. El hombre es duro con los huéspedes.
Hemos jugado y fue divertido, pero los puñetazos hacen el sudor gotear.
No hay cuchillos ni hachas, y la sangre corre en ríos de lava.
El señor sin trono nos azota, y no podemos mantenernos en pie, todos caemos en fila.
Hay que levantarse, él no tolera holgazanería y no perdona negligencia.
Levántense. No se irán hasta que los pecados den la vuelta, dice duro la voz del hombre.
Las llagas en las gargantas aún sangran, y no cesan los llantos de las mujeres y los hombres gritan.
Sean acogidos en el infierno, mozas y machos.
Pecaron y ya se desploman, y no hay oportunidad para rectificar.
Darán vuelta eterna por la fábrica de almas.
San Pedro dijo no en el cielo y fueron lanzados desnudos con grilletes en los tobillos.
Bienvenidos a la fábrica, hombres de Dios. Arderán en los amenes por beber el agua de Yahvé.
Joselyn Revelo



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