Introspección I

Me pienso rodeada de agua fresca y rebosante, con pétalos bailando en la superficie. Sumergida, me vuelvo partícipe de esa excitante danza.

Me hundo en mis memorias, las redibujo hasta deshilacharme. El agua entra en mí y se incorpora a mi cuerpo. Regresa aquél ser de luna veraniega.

Y en mi cabeza, la constante idea de hacerte todo lo que me imagino; de hacerte mío y de hacerme tuya. Y de igual forma ser dos trozos de carne viva y vibrante. Vibramos de par en par.

Con la ventana abierta, las nubes se abren paso y se enredan en mi cortos cabellos; soplan nuevos pensamientos, curan heridas de los últimos tiempos y se marchan dejándome tranquila.

De pronto, una vaga ilusión se convierte en compañera de caminatas. La reconozco sin cálculos, sin preguntas ni exigencias. Sólo es y sola soy.

Una respuesta a “Introspección I”

  1. Excelente. Mantienes un equilibrio interesante en la emotiva de tu poema.

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