Brilla por su presencia

Buenos días, amor mío…

No te imaginas cuánto me alegra verte despertar. Llevo un buen rato acá, sabes… —la noche entera— sentado observándote, esperando a que abras los ojos y le des luz a toda esta oscuridad, con esos ojos tuyos que llenan la vida de magia y de versos a la poesía. Es increíble, amor, verte soñar, mirar las expresiones en tu rostro ante cada imagen que va apareciendo en tu mente y ese delicioso mal dormir que tienes cuando sientes calor. Es un espectáculo verte tirar las sábanas lejos, dejando tu cuerpo desnudo y haciendo de la noche un poema de amor.

Te extraño tanto…

Mientras te observaba y pasaban las horas recordaba lo felices que fuimos juntos: nuestro primer viaje al mar, los encuentros en las tardes para tomar un café o las noches interminables de música, vino y lujuria. Y esa mágica complicidad que teníamos siempre, eso era lo mejor. Y ni hablar de las madrugadas desnudos bebiéndonos el amanecer y de la noche viciosa celosa de él. Y estuvieron bien esos momentos, sabes, pero siempre serán muy pocos para todo lo que pudimos hacer.

Hace frío aquí, amor mío, pero no te preocupes, yo estoy muy bien.

¿Sabes qué recuerdo? —ahora me da risa—, cuando renegábamos de la distancia por no poder estar juntos en la misma ciudad,  y créeme: no era tanta como pensábamos. Y el tiempo, el maldito tiempo que siempre se nos hacía eterno para volvernos a ver. Ahora entiendo que el tiempo es un suspiro y la vida también.

No sé o no recuerdo exactamente qué sucedió ni el porqué. Parece que el desertor de mi corazón se cansó de latir tanto y tan fuerte, pero estoy seguro, amor mío, que nunca de amar. En vano fueron los intentos de los médicos por no dejarme morir. Desfibrilación fallida. Golpes desesperados en el pecho. Angustia. El sonido beep del electrocardiógrafo ininterrumpido. Hora del deceso, y bueno… ya te imaginarás lo que vino después: la luz resplandeciente, el sueño profundo, un despertar extraño y ahora aquí estoy.

Qué difícil es esto
de existir en un mundo
que no existe
y en el que tú no estarás.

Sé que me extrañas también y me duele, porque ya no quiero verte sufrir más. Te vi llorando el otro día diciendo a tu madre que aunque yo ya no esté, en mis versos sientes que mi alma: brilla por su presencia.

Quisiera decirte aunque no me puedas escuchar que también en los versos te buscaré. Ahora debo irme, amor mío, muchas gracias… gracias por tanto amor. Tu vida será maravillosa, tendrás una familia preciosa y ahora debes seguir.

Yo te amaré siempre, por más lejos que esté…

10 respuestas a “Brilla por su presencia”

  1. Qué triste y que cierto cuando la persona ya no está y se siente su presencia. Gracias por la reflexión. Un abrazo 🤗

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    1. Es cierto y triste. A veces, hasta que no acariciamos la muerte, no valoramos la vida. Gracias por tu lectura.

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  2. Que gran espectáculo leerte, Felicitaciones por tu dedicación por estructurar cada palabra.

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    1. Me alegra tu visita amigo. Bienvenido siempre!

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  3. Es hermoso, aunque triste, ya que la perdida de un ser querido no se olvida, solo nos acostumbramos, nos quedan los recuerdos bonitos de todo lo vivido. Saludos.

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    1. Me alegra tu lectura. Tal vez todos la admiramos y le tememos, pero la muerte en sí también es un acto poético y romántico. Ver los ojos de la realidad. No hay nada más triste que perder a un ser querido, es cierto, aunque en este escrito quise ver la muerte desde la óptica del que está del lado contrario; del que muere y debe partir. Gracias y feliz noche.

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  4. […] a través de Brilla por su presencia — Letras & Poesía […]

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  5. Muy bonito, aunque esté escrito por alguien que ha muerto

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    1. También es cierto que perder la vida no es la única manera de morir. Partes de nosotros mueren en el camino de la vida. Gracias amigo por tu lectura! Buen día.

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      1. Avatar de Juan miguel esteban
        Juan miguel esteban

        Es cierto, ya desde que naces empiezas a morir, lo importante de todo es morir amando, que eso dura siempre

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