Nos dejaste en el alma tu sonrisa,
ya no nos la arrebatarán jamás.
Permanecerás en las memorias,
porque te hicieron inmortal.
La mano del odio que segó tu vida
tendrá, con certeza, su castigo,
cuando la oscuridad de la mente
que la conducía
recobre, de repente, la consciencia.
Y no será peor, no dudes,
la condena del presidio
que la condena sentenciada
de la Humanidad entera.
No siento odio, no,
sino repulsa de tu acto,
porque si odio sintiera,
a ti, seguro,
más me pareciera.
No siento odio, no,
sino tristeza
de que te incluyan en mi misma especie,
y de que como humana
estés catalogada,
cuando eres fiera,
violenta , insensible, tirana
y asesina.
Tú pasarás a ser el ser
más detestable de este mundo.
Tú pasarás a ser el frío rostro de carencia
de lo humano.
Tú pasarás a ser la viva imagen de maldad,
de lo inhumano.
Y puede, incluso, que algún día
tu propia conciencia podrida
te destruya.





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